Zumaia (Gipuzkoa)-Gorozika (bizkaia). 39 km. Vuelta a España en bicicleta. Asi somos en 2012.

Caramba con los peregrinos caminantes!. A las cuatro y media de la mañana, pasaron por la Ermita de San Telmo los primeros. Iban todo diracharacheros, tanto, que me despertaron. Bueno, la verdad es que no fueron los únicos. La Ermita, una noche de sábado a domingo, tiene su movimiento, entre jóvenes, peregrinos y tal. 

Cuando desperté, definitivamente, eran las 6,30 y empecé a recoger y desayunar. Ha sido mi record, hasta ahora. A las 7,45, tenía todo listo para echar a andar, pero quería dar un paseo por los Flysch. Estos, son unas formaciones rocosas, estéticamente preciosas. Capas, claramente diferenciadas unas de otras, como hojas de libros y que, según los geólogos de todo el mundo, están considerados como la mejor muestra del planeta para estudiar el Paleoceno, en éste caso, partiendo del sendero Algorri, que parte de la ermita. Cuando me iba para verlos, llegó la persona encargada de los cuidados de la ermita. La visité en su interior. Es coqueta y bonita, con sabor marinero, como corresponde a su santo y, según me cuenta, necesita una profunda revisión de suelos y techo. 

Una vez acabada esta visita, partí de paseo para ver los Flysch. Impresionantes los dibujos que hacen las capas de piedra, creando un efecto semejante a los libros antíguos, con sus hojas sobresaliendo unas sobre otras. Muy recomendable verlo. La únión de ellos con el mar, le da un encanto especial.

Era domingo e iba a cambiar de provincia. Decidí hacer entrevistas y visitar uno de los albergues de los peregrinos de los que había oído hablar, Villa Luz. Aquí, por 10€ tienes de todo, cocina, wifi, lavadora, etc. Lo regenta, Miguel, un buen tipo. El tiempo estaba empeorando lentamente y partí con intención de llegar a Markina y, si podía a Bolibar, pero llovía y en un aparcadero que existe para disfrutar de las vistas, han puesto unas rayas en el suelo de auténtico y resbaloso azulejo blanco. Fue pasar por encima y darme un estupendo cacharrazo. Fuerte pero, por fortuna, sin más consecuencias físicas que los dolores propios del golpe. A Rocinante, una alforja le salió disparada y el cambio trasero me está dando problemas, más o menos serios, porque no baja cuando le doy, si no cuando quiere, que suele ser muchísimo más tarde. Lo he revisado y no doy con el motivo. En Bilbo, intentaré visitar algún maestro bicicletero. Justo lo que mi presupuesto necesita, jajajaja.

Llueve y llueve y, por tanto, hacer fotos, a veces, me resulta imposible. Paso por pueblo que no puedo fotografiar, para que no se moje la cámara. 

Tras dejar atrás Ondarroa, me interno por una pista asfaltada, indicada con la concha e imantado por una caserio-fortaleza. Aquí, me pierdo y, como consecuencia de ello, subo y subo por parajes preciosos hasta Gorozica. Aquí, me indican que voy equivocado, pero mis fuerzas, mi pierna y  mi moral, no dan para más y decido quedarme. 

Unos vecinos, quitan su coche para que pueda dormir al abrigo del porche de la iglesia de San Juan Bautista. Y me dan un cable para que pueda trabajar con los aparatillos, moribundos en sus baterías. Olé el género humano con el que me tropiezo!. Gracias

Mi hotel de la noche

No me canso....

El carnet de peregrino

Ermita de San Telmo

Ikurriña, tapando algo que no investigué.

Mis paseos mañaneros por las a fueras de Zumaia

Más y más fotos, jejeje. Es que no paraba de alucinar!

En esas maravillosas rayas blancas de azulejos, casi me parto los morros. Y no me  aticé en la cabeza contra el mojón, de milagrito. Santiago me protege, jejeje.

Marca de la caidilla

Hay jabaluses, hasta volando.

Otra provincia para el bote, jajaja

Ondarroa

Al comienzo de la subida a Gorozica

La subida a Gorozica, en uno de los pocos claros de bosque

Perrito cotilla ¿dónde?

Las fotos, cuando sea posible tener una buena conexión.