sábado, 16 de junio de 2012

El eco de las montañas (Las Arenas)

Pedaleo y pedaleo, avanzando lento en mi recorrido peninsular. Rocinante sigue impertérrito. No parpadeo para no perderme nada. Los sentidos a flor de piel, me pasan información de cuanto acontece a mi alrededor, que proceso lentamente, grabando brisas que traen nuevos olores, campos y bosques con tal gama de colores, que la paleta de un pintor, se quedaría escasa para expresarlos, quizás.
La vida que me rodea, tiene tal intensidad, que cada minuto me colma. Y no tengo nada, ni falta que me hace. Una bicicleta, un equipo que me permite, casi, ser independiente, unos sentidos deseosos de vibrar al son de lo que toca.
Mi capacidad de sorpresa, el afán de respirar nuevos aires, ver más naturaleza, sentir fríos y calores, lluvias, sabores... no tiene fin. No se describirlo, pero es maravilloso.
Y la gente. ¡Cuántas buenas experiencias!. Qué buenas compañías que me insuflan ánimos aquí y allá, que me comprenden y animan, me empujan, me apoyan y ayudan. No nos conocemos de nada y, sin embargo, en tres minutos, somos cómplices. Voy dejando atrás a personas con las que compartiría mi tiempo. Con la pena de dejarlos y la alegría del viaje.
El día se hace corto. Intenso. Y la intensidad me desborda. Ya me ha pasado dos veces. Y ha sido en iglesias. En su soledad, mis emociones, agrandadas por el eco de sus paredes me han superado y he roto a llorar. Profundamente, sin miedos, ni vergüenzas. Aún no se porqué, ni falta que me hace. Así ha sido.
No puedo parar. No. Pero quizás deba hacerlo. Y, si llega el caso, la escuela de lo vivido, espero me sirva para hacerlo de grado.
Es lo mismo. Es igual. Hasta hoy pude hacerlo. Mañana, quizás, ya no. Blanco y negro, lluvia y sol, risas y lágrimas, frio y calor. Es el pulso de la vida y, por ello, soy feliz.
De momento, ha llegado una ayuda. Y me siento muy agradecido, en deuda. Podré estar algo más. Quien sabe. Quiero acabar el proyecto. Me llena hacerlo, creo en él, aunque no sepa venderlo, aunque no haya ecos que lo expandan tanto como yo querría.
Me pongo frente a la montaña y grito, pero ella se come los sonidos. Es así.
Hasta que ocurra lo contrario, seguiré gritando. Algún día, la acumulación de mis gritos en sus paredes, hará que los sonidos reboten. Entonces, el eco, devolverá mis sonidos. Entre tanto, seguiré viviendo.




EEEEEOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

Las Arenas.

Aquí, en Las Arenas, voy a estar unos días, en los que voy a dedicarme a buscar espónsores y ayudas, que puedan dar continuidad a este proyecto, dado que mis posibilidades económicas han llegado a su fín. Estaré, pues trabajando con el ordenador, turisteando poco. Será un paréntesis, espero que provisional, en el que escribiré cróniquillas y trabajaré mucho, que ahora es lo que toca que hacer.

Y ESTA TARDE.... TACHÁN..... PONDRÉ TODAS LAS FOTOS DEL BLOG Y EMPEZARÉ A CARGAR LAS DE LA PÁGINA WEB.

Gernika-Bilbo_Las Arenas. 58 km.

 Por fín lució el sol abiertamente e incluso quemaba, jajaja. Por la mañana hacía fresco, arranqué con la chupa, pero según las cuestas se iban sucediendo, sobraba toda la ropa.
La etapa ha sido de bonita, como todas he ido parándome en cuantas pequeñas poblaciones he ido encontrando en mi camino. En una de ellas y tras disfrutar de las bellezas de la forja de San Antonio baseliza, un humilladero precioso del 1.730, he coincidido con dos bomberos de Guadalajara, Josechu y Chiti que, como yo en este tramo del norte, van haciendo el Camino de Santiago. Ellos van por caminos y todo, con sus preparadas bicicletas. Nos comentamos las anécdotas y "sufrimientos", jajaja. Más tarde, en Goicolegea, visité la preciosa iglesia juradera de San Emeterio y San Celedonio, dos romanos que se convirtieron al cristianismo, lo que les costó que les rebanaran el pescuezo. La iglesia, la segunda más antigua de Bizkaia, (S. XVI)es una joya con un retablo flamenco impresionante. Me la enseñó, Juan Maria Zarandona, quien con toda amabilidad, la abrió para mí. El la conserva en condiciones y toca las campanas a mano, hecho extraordinario pues la mayoría son manipuladas eléctricamente. Sus dos cuerdas, atravesando la alta bóveda, me llamaron poderosamente la atención. Gracias, Juan María.
Allí, mis compañeros viajeros, me invitaron en el único bar, creo, a unos huevos con chorizo para chuparse los dedos. Gracias. Los preparó una menuda y encantadora mujer, con gran carácter y genio, que no le roba ningún encanto. Es de la opinión de no enseñar la iglesia a ningún extraño, por los peligros que, por robos, puede representar.
Desde aquí, nos separamos para no volvernos a encontrar. El resto del viaje, fue un placer de verdes y campos. Llegué a la base de Santo Domingo, la cuesta que debía subir para llegar a Bilbo. Esta cuesta, con el calor y el tráfico, es un infierno. Tras pasar cerca del aeropuerto, subes y subes, duro y rompe piernas, con un calor asfixiante. En una gasolinera que hay poco antes de remontar, me tuve que detener a comer un poco de chocolate con cereales y beber un tónico. Pero sobre todo a recuperar las piernas, jajaja.
Remontas y te encuentras con Bilbo a tus pies. Todo grande y hermoso. Aquí tengo familia. Metí los datos de la dirección en el teléfono gps y empecé a perderme, jajaja. Por no se qué motivo, la ruta me salía al revés, de abajo a arriba, lo que me confundía. Cuando me señalaba a la izquierda, yo a la derecha, jajaja. De pronto me encontré en un alto y, allá abajo, el casco antiguo. Descendí, para no pagar el ascensor, por una peligrosa, por estar las piedras de la calzada con musguillo, cuesta.
No me la pegué, por fortuna, pero pasé cierto miedo, por la gran inclinación. El trial que hice, cuando joven, y el control de los frenos, ambos, me ayudaron. Cuando por fín llegué al domicilio, donde me esperaban, iba muy cansado y hambriento, jajaja.
Pero los cuidados familiares, me curaron de todos los males. Después de comer y descansar un poco, continué hasta Las Arenas, donde me han prestado un piso para que pueda trabajar a gusto.
En el trayecto, pasé por una escuela de remo. Ahí tiene su base el equipo de Traineras Kaiku. Campeones hace tres años. Gozé de ver y aprender algo más sobre un tema que, aunque me encanta, desconocía todo. Incluso llamé barco o barca a la trainera, lo que provocó risas, jajaja. Me contaron que , el entrenador del equipo, Jose Luis Korta, es un fuera de serie. Que la trainera pesa 202 kg, están fabricadas de fibra de carbono y cuestan sobre 45.000 €. Cada remo, sobre 600. La llevan 14 personas, 12 remeros, un patrón, que lleva el remo timón y un proel, que también rema, por babor o estribor, según las necesidades. Entrenaron la ciaboga, pues en la última competición, es ahí donde perdieron un tiempo precioso. Desde la lancha con motor, Jose Luis, dirige y corrige las maniobras a grandes voces.
Y llegué al Puente Colgante. Obra de un discípulo, creo, de Eiffel. Bonito puente del que cuelga una plataforma que transporta, para cruzar la ría a personas y vehículos.











































miércoles, 13 de junio de 2012

Gernika. Vuelta a España en Bicicleta. Asi somos en 2012.

A las 4,45 de la mañana, abrí el ojo, porque pensé que ya había amanecido y me había dormido. Ayer, me dormí, como un bebé a las 22,30, sin poder evitarlo y sin hacer cosas que hay que dejar hechas antes de irse a la "cama".
Y no me pude dormir. Salí a pasear y planificar un poco el día, luego a escribir el blog, a descasar un ratillo más, a pasear otro poco y... ¡premio!: un billete de 10€, me esperaba reposando en el suelo, cerca de donde había dormido. Di saltos, y choqué mis tacones en el aire, de alegría. Comida caliente resuelta!!!.
Gernika despierta, para mí, un atractivo y una admiración inevitable, por su pasado y por su relevancia histórica.
Esta mañana, lo primero de todo, me he dirigido a saludar al Arbol en persona. Y, hoy, le he visto más grande, más símbolo, mucho más crecido. Muy respetable. Ayer, recién llegado y cansado, con los ojillos chicos, lo vi flacucho, jajaja. Ya tiene 26 años, pues el viejo, murió hace tiempo, siguiendo el ritmo de la vida.
Había oído hablar del bombardeo del pueblo y tenía interés en conocer de primera mano, si era posible, en este peculiar viaje, los hechos.
En la Casa de Cultura, me dejaron información y, además, me pusieron en contacto directo con un superviviente de aquel fatal día, que dejó el pueblo arrasado: Luis Iriondo. Locuaz, a sus 90 años, con una energía y vitalidad envidiables, me ha contado, lo que vivió a la edad de 15 años. Resumiendo todo, Gernika, que no tenía interés estratégico, ni sistemas de defensa, quedó arrasada, excepto tres casas, en aproximadamente tres horas, dejando aproximadamente 1.000 muertos. Lo hicieron la aviación alemana y la italiana, el día 26 de abril de 1.937.
(queda pendiente, por falta material de tiempo en este momento, el relato de los hechos narrado por Luis).
En las entrevistas, conozco a gente maravillosa con las que, en cuestión de minutos, disfrutamos de empatía común y buenas vibraciones. Hoy no ha sido menos. Y quiero agradecerles, su tiempo, su cariño y apoyo y sus txacolís, jajaja, (ellos saben).
Después, como comí poco y mal, he cenado fantástico, gracias a Karina y, con las fuerzas recuperadas, he subido a la ermita de Lumo, para volver a dormir y mañana salir para Bilbo

Luis Iriondo, tiene escrito un libro de novela histórica, narrando los hechos:
El chico de Gernika. Editorial Ttarttalo.

María de la Cruz, ha publicado un reportaje sobre mis andanzas, muy de agradecer, por lo bien hecho que está:
http://www.viajediario.com/experiencias-de-viajes/juan-asi-somos-en-2012-viajar-en-bicicleta-
experiencias/


Añadir leyenda

Poder de adaptación de la naturaleza


Ermita de Lumo

Arbol de Gernika



Casa de Juntas

Casa de Juntas

D. Luis Iriondo, superviviente del bombardeo de Gernika, en el Museo de la Paz

D. Luis, en un búnker idéntico al que utilizó para protegerse.


Mi parcela, pero se me olvidó hacer la foto.

La parcela del 2º día, mucho más confortable